La pesca responsable y su comercialización en el Perú
El Perú destaca entre los países con extensos ecosistemas marinos, ocupando el tercer puesto a nivel mundial en producción pesquera, según datos de Statista 2023.
La riqueza de sus diversas especies marinas se traduce en un significativo impulso para el desarrollo socioeconómico en las diversas zonas costeras que conforman su litoral. La pesca artesanal emerge como una de las múltiples actividades que contribuyen a abastecer a la sociedad con diversos recursos marinos.
En el ámbito de la actividad económica pesquera, se identifican diversos actores presentes en la cadena de comercialización. Estos actores se dividen en dos categorías principales: los agentes comerciales de la oferta, que comprenden a los pescadores artesanales y las organizaciones sociales de pescadores artesanales (OSPAS) y el segundo grupo conformado por los agentes comerciales de la demanda, como las pescaderías, restaurantes, supermercados y hoteles. Estos últimos se abastecen de los agentes comerciales de la oferta y, a su vez, ofrecen el recurso marino al consumidor final, es decir al ciudadano común.
La adopción y cumplimiento de criterios de pesca responsable adquieren una trascendental importancia en la relación entre los agentes comerciales y los consumidores finales. Estos criterios, se basan en principios de responsabilidad social y ambiental, estableciendo un marco esencial para el desarrollo de prácticas comerciales que no solo salvaguardan la sostenibilidad de los recursos marinos, sino que también respaldan el bienestar de las comunidades pesqueras involucradas.
Este enfoque va más allá de la transacción comercial; abarcando un compromiso activo con la preservación del medio ambiente, la equidad social y la garantía de la calidad del producto que se comercializa. Así, los criterios de pesca responsable parten como pilares fundamentales para la construcción de un sistema pesquero que sea ética y ambientalmente consciente.
Los agentes comerciales de la demanda desempeñan un papel crucial en el abastecimiento alimentario de la ciudad. Comprender la dinámica de su trabajo es esencial, ya que su función impacta directamente en el suministro de alimentos. La evaluación de si cumplen con condiciones mínimas y óptimas para la sostenibilidad del recurso marino se vuelve crucial. La vasta cantidad de locales y tiendas vinculados a estos agentes refleja una fuerte demanda que exige calidad en el consumo. Esta demanda creciente requiere una oferta adaptable y proporcional para asegurar un abastecimiento adecuado y de calidad.
En ese sentido, surge la interrogante clave: ¿estos agentes comerciales fomentan prácticas que contribuyan a la sostenibilidad pesquera? Esta incógnita motivó la creación de una base de conocimiento técnico y metodológico, estableciendo criterios de pesca responsable basados en la sostenibilidad de los ecosistemas marinos, el recurso pesquero y el bienestar de las comunidades pesqueras. El propósito es establecer un marco conceptual que guíe el comportamiento de los agentes comerciales en la cadena de suministro del recurso marino.
La relevancia de implementar criterios de pesca responsable radica en establecer parámetros tanto sociales como ambientales. Esto permite que los diversos actores de la demanda adquieran conocimiento de estos criterios, capacitándolos para evaluar y mejorar sus prácticas comerciales, promoviendo así un consumo de pesca responsable.
Desde una perspectiva sostenible, la pesca responsable implica una gestión adecuada de los recursos pesqueros para garantizar su protección y mantener una producción y abastecimiento constante. Además, busca minimizar los impactos ambientales, previniendo la contaminación, la depredación y la afectación de las zonas costeras. También, tiene como objetivo fomentar el bienestar de las comunidades que dependen de la pesca artesanal.
Es crucial reconocer que los criterios de pesca responsable abarcan diversas dimensiones, como lo ambiental, social, legal, económico y formal, hasta llegar al ámbito sostenible. Esto debe considerarse desde la extracción del recurso marino hasta la venta al consumidor diario. Las acciones variadas, como registrar la ubicación de la captura, respetar tamaños de pesca permitidos y cumplir con vedas, entre otras, son fundamentales para contribuir a la preservación y cuidado de nuestros mares, y cada agente tiene la capacidad de aportar en este sentido.